Italia, de la Dolce Vita a la Dolce Far Niente
Italia, de La Dolce Vita a la Dolce Far Niente
Italia, de la Dulce Vida a lo Dulce de Hacer Nada
Si te identificas en la foto, me gustaría reencontrarte. Delegación Vicentina en la Jornada Mundial de la Juventud, Roma, 2000 |
A temprana edad escuché la expresión “La Dolce Vita”, sin duda alguna en una de ésas conversaciones de
adultos que me encantaba escuchar y en la que quizás hacían referencia a la
famosa película del director de cine italiano, Federico Fellini, -esto lo aprendí más tarde-. Desde entonces se me
incrustó en el cerebro, y no sólo por la cadencia que trae consigo, -sobre todo
cuando la pronuncia un italiano- sino también por la referencia que transporta
en sí.
Pronto en mis ires y venires por el cine, me encontré con la
opera magna de Fellini y su “Dolce Vita” (1960), que llenaron de
sentido la expresión vacía vaciada en mis oídos de la infancia. Con la película
se me quedó corta la dulce vida, me faltó el dulce de la vida, pero me insinuó
que el disfrute debe ser parte esencial de la vida.
Más entrado en años, descubrí la película “La Gran Belleza” (2013), del director de
cine también italiano, Paolo Sorrentino,
y con ella un mensaje contundente: la vida es fugaz, un paseo, esto es un
ratico, decimos por estos lados; es absurda muchas veces, incomprensible, y
como diría su mismo protagonista, el actor Toni
Servillo, “por no decir siempre, la
vida es incompleta”, nos queda haciendo falta cinco para el peso, nunca
terminamos de hacer todo lo que teníamos planeado.
Atrás el Arco de Tito, Roma, Italia...O cuando aún tenía cabello...risas. |
Así que me dejé de tanta vaina y deje que viniera, inspirado
por la película “La Dolce Far Niente”
(1998), lo Dulce de Hacer Nada, -el slow life de la posmodernidad- ése
regalo de los italianos, ofensivo para un mundo acelerado, para una sociedad
competitiva, para la posmodernidad que nos apremia con la eficacia y la
eficiencia como imperativos para vivir y ser feliz y que se impone como una
ética –¿eres capaz de trabajar bajo presión?, te preguntan en las entrevistas
de trabajo, ¡qué estupidez! la presión no le hace bien a nadie, para vivir
feliz no hay que hacer nada, sólo basta vivir, sentir cada día como el último,
beber el café o el chocolate de las mañanas con todos los sentidos puestos en
la taza y en el sabor, y, sobre todo en la gente que te quiere, alrededor; sin
tiempo y sin premura, -eso sí, para eso haría falta un poco de dinero-, sólo un
poco que te permitiera quedarte bebiendo más de un café y pasar de tema en
tema, sin preocuparte de qué va la vida mañana, qué pondrás en tu mesa al
mediodía, y, luego, pasar a un buen vino con el almuerzo, la siesta…, pero
bueno, nada es perfecto, habrá que trabajar un poco.
La vida me ha dado la fortuna de vivir un poco ésa Dolce Far Niente, -en un viaje se
aprende toda una vida-. Corría el año 2000, en pleno apogeo de mi vida como
teatrero, como artista de ocasos, como cazador de sueños sin cola y viviendo mi
etapa de romanticismo, -debemos procurar para todo individuo esta etapa-, cuando
tuve la oportunidad de viajar a Italia como parte de una delegación de Colombia
que participaría en la Jornada Mundial de
la Juventud, a celebrarse en la ciudad eterna, en Roma. Tengo que aclarar como
Fellini, que tan sólo “soy un artesano que no tengo nada que
decir, pero sé cómo decirlo”, y esto por el papel de bailarín folclórico
que jugaría en tal evento; -si no tienes nada que decir, baila o canta, pero
haz algo-.
No me lo podía creer, imaginaba el momento cuando me
encontrara de frente con Sofía Loren
y su belleza sobrenatural; con Pasolini
-sin importar que cuando yo tenía cinco años, él ya había pasaba a mejor vida-,
y curtirme con su desfachatez, con su crítica social y su ironía; y, por
supuesto también con Felini y Benigni
(este último ya me había dejado trastornado los sentidos con su película “La
Vida es Bella”, 1997). Pronto tuve que contentarme con escuchar en la radio
a otros también grandes, a Laura Pausini,
a Andrea Bocelli y a Eros Ramazzotti, o seguir tentando a la
suerte y de pronto encontrármelos como simples pedestres en cualquier angosta
calle de la Roma de los Césares. ¡Nada de eso paso! Así que cumplidos los
deberes que me llevaron allí, me dediqué a sacarle el jugo a ése viaje, a beber
el dulce de la vida. Hice de la pizza y de la pasta en todas sus versiones, mi
dieta y la completé con vino –no del mejor y más costoso, pero sí del más caro
(entiéndase querido)-, del de casa que servían las monjitas vicentinas, hecho
por ellas, en el hostal en donde a mí y a mis co-viajeros nos atendieron como a
emperadores. Después, alimento para el alma: arte, medición de calles, siestas
en parques públicos, más vino, más pizza, sol, mar, sonrisas al viento…”Dolce Far Niete”.
El Museo Vaticano
Déjenme decirles que mis expectativas para esta visita
estaban cifradas en tres cosas: la primera, poder apreciar en todo su esplendor,
la belleza y la perfección de “el David”, y poder sentir la
perplejidad ante el dolor de “la Piedad”; ambas esculturas de Miguel
Ángel, que te tientan a repetir el gesto de su autor una vez terminado “el
Moisés” –otra de sus esculturas-, tocarlas y pedirles que hablaran
–Miguel Ángel golpeó suavemente la rodilla del Moisés y le dijo, “habla”-, pero
ni se te ocurra hacer lo mismo, no sea que lo que tientes sea la furia de los
carabinieri, la policía italiana.
El David, La Piedad y El Moisés, Miguel Ángel, Museo Nacional Romano. |
Mi segunda expectativa, tomó más tiempo, -al cumplirse ya casi
dos horas de visita-, ver de frente a “La Gioconda” (1503-1506), a la Mona Lisa, a la Señora Lisa, -según el
italiano antiguo-, mirarla profundamente a los ojos; de visita por ésos días en
aquel museo; inmutable; un cuadro bien pequeño en tamaño; sarcástica, -me
imaginaba el cuadro de los cuadros en volumen; pletórica de calma, sosegada
ella. Preguntarme sin respuestas a la vista –dada mi ignorancia en la pintura-,
¿qué era lo que Leonardo Da Vinci (1452-1519) había pretendido decir?
La Mona Lisa, Leonardo Da Vinci, Museo Louvre, París. |
Mi tercera expectativa, la “Capilla Sixtina”
(1508-1512), me abrumó, pintada también por Miguel Ángel, entre encargos y suspicacias, mis ojos no pudieron
con tanto; a la vez esplendor y aturdimiento, no sabes a dónde mirar, en qué
lado enfocarte; así que dejé que mi mente volará-; traje al inspirador, a Dante
Alighieri (1265-1321) y su “Divina Comedia” (1304 aprox.), pero
no logré ubicar a su amada Beatriz, motor de su pluma. Me visualicé en el
infierno, en el purgatorio y en el paraíso, pero parece que en ninguno cupe,
tal vez porque mis propias ideas llenaban ya estos espacios, -mala cosa, aprendí
con el tiempo que el arte se aprecia, no se piensa-.
Capilla Sixtina, bóveda de entrada. Museo Nacional Romano. |
Terminé ésa jornada agotado, pero caminando centímetros
arriba del suelo; ver y sentir la magnitud del ingenio humano me hizo sentir
orgulloso del género humano; me hizo apreciar a quienes han guardado con celo
los tesoros de la humanidad, pero también algunas preguntas cuestionadoras
aparecieron en el horizonte y volví mis pies sobre la tierra que encontré fría.
Y como cada día, a tomar el metro y luego el tren en un viaje romántico de sueños,
espacio para procesar “tante belle cose”
(tradúzcase “tantas cosas bellas”), hacia Valmontone, pueblo cercano a Roma y
lugar de hospedaje.
El Coliseo Romano
El Anfiteatro Flavio,
como se le conocía en la Roma clásica fue terminado en el año 80 d.C. y fue
construido por los emperadores de la dinastía Flavia para mostrar el poder y
esplendor imperial y de Roma, -se consideraba la construcción más grande de la
época-. Visitarlo fue revelador, el ser humano ha sido siempre grande y pequeño
a la vez, un ser superior y ruin. Piensen ustedes en lo que significa la
magnificencia de esta obra arquitectónica en sí y todo el teatro recreado en él
y, por otro lado, en la lucha de gladiadores, pan y circo para el pueblo, y
diversión a costa de los esclavos y de los primeros cristianos, quienes eran devorados
por leones hambrientos, puestos allí por el despiadado emperador Nerón y otros-.
Se dice que unas doscientas mil personas murieron en las luchas que
acontecieron en él y que unos 9.000 animales fueron sacrificados sólo en su
inauguración, -y yo que pensaba que la tauromaquía era bárbara-.
Coliseo Romano. |
La historia moderna del Coliseo Romano me hace pensar en la
historia reciente de locombia, perdón, Colombia. Verán ustedes, familias
poderosas e influyentes empezaron a emplear las rocas y demás material del ya entrado
en desuso coliseo para hacer otras construcciones, como por ejemplo, el palacio Barberini, de la poderosa
familia del mismo nombre que viviera en la post guerra; de ahí que en la lengua
latina se empezará a usar la expresión, “lo
que no hicieron los Bárbaros, lo hicieron los Barberini”. Para Colombia el
caso del edificio Aquarela, levantado en torno al Castillo de San Felipe de Barajas
en Cartagena, por la Sociedad Promotora Calle 47 SAS y permitido por los
políticos de turno y por el Sr. Ronald Llamas quien operara como Curador
Primero, por no decir ignorante singular, se queda corto. ¡A veces la estupidez
humana es grande!
La Fuente de Trevi
Una vez superadas las empedradas callecitas de ésa Roma que
enamora, de pronto aparece imponente ante tus ojos la “Fontana di Trevi” (La Fuente de Trevi), majestuosa, obra escultural
del perdedor del concurso, Nicola Salvi,
-¡qué irónica la vida, perdió el concurso, pero fue el elegido para construir
la obra!-, reviviría ésa costumbre romana de construir una fuente donde
terminaba un acueducto. Gratitud con el elixir de la vida, con la materia que
riega la existencia. Llaman la atención las estatuas de la Abundancia y la Salubridad
a lado y lado de la fuente, que significan el mar agitado y el mar calmo, pacífico.
Plaza Navona, Roma, Italia |
Se dice que a la fuente van los enamorados, los románticos y
los ilusos, y que con sólo arrojar una moneda de espaldas a ella, tus deseos
serán cumplidos, -no sé cuántos, no sé si son tres como con la lámpara de
Aladino-, yo sólo probé con uno, que no recuerdo, a la lámpara de Aladino no le
he visto; quizás pedí que mis pasos me llevaran otra vez a Roma, pero seguro
que ése no fue, porque no he vuelto. De una cosa estoy seguro, son millones los
que se recogen para fines filantrópicos, cuatro mil euros diarios, un millón cuatrocientos
sesenta mil euros al año. ¡Cifra nada desdeñable para cumplir muchos sueños!
Superado en parte el paroxismo, aparece ante mí, en persona,
mi amigo colombiano el padre Rafael
Lopera que había viajado con el mismo propósito, ¡ni que nos hubiéramos puesto
de acuerdo! Mis sentidos no daban crédito, el mundo se convertía en pañuelo y
yo estaba desdoblándolo en ésos momentos. Así que nos dimos a la tarea de la Dolce Far Niente, primero en un restaurante
del área y luego en un cafecito, disfrutamos del ratico que es la vida, de toda
la vida que fue ése momento y lo salvaguardamos en la urna de nuestra memoria. A
lo mejor mi deseo fue ése, estar rodeado siempre de buenos amigos.
Con el Padre Rafael Lopera, Roma, Italia, Agosto del 2000 |
Mi Visita a Asís
Anclada en la provincia de Perugia se encuentra Asís, 295 a. C. Famosa porque en ella nacieran
dos santos renombrados, San Francisco y Santa Clara. Ambos proclamadores del
hermano sol y de la hermana luna, de la filosofía de la simplicidad y de la
austeridad, de la contemplación de las estrellas y los astros y de la
construcción de la paz; mensaje oportuno para un mundo del derroche y sumido en
guerra como el que tenemos hoy. Pensemos que sólo en Colombia votamos 9.76
millones de toneladas de comida al año y que por más de sesenta años hemos vivido
en un conflicto que algunos se empeñan en continuar. Allí me trasladé a la
película biográfica, “Hermano Sol,
Hermana Luna” (1972) de Franco Zeffirelli
(1923), y pedí a la vida nunca
perder la sensibilidad artística y el deseo de hacer siempre el bien, -aunque a
veces se me olvida-.
Vista panorámica de la Plaza del Común, Asís, Italia |
En Asís viajas al mundo antiguo, te detienes en el Medioevo,
le das todo el valor a la piedra en la evolución de la humanidad, pues sus
callecitas y construcciones están hechas de ella. Desde ella aprecias el
esplendor de la campiña italiana y de su tierra vetusta y todavía fértil. En
ella aprecias los vestigios del imperio romano, ya las murallas, el foro, el
teatro, el anfiteatro y el templo de Minerva, hoy iglesia de Santa María Sopra
Minerva. Y cómo no, las iglesias de San Francisco de Asís, de Santa
Clara, el castillo Rocca Maggiore y la catedral de San Rufino. ¡En Asís te
enamoras de la vida!
De Asís, de Roma e Italia hay mucho más que decir y muchos
más monumentos y arte que ver, pero se haría una narración interminable. Desde
Italia afiancé la costumbre de invitar a los amigos a casa, de cocinar para
ellos y de regalarme un rato distendido en su compañía. Permítanme terminar diciendo
como en la película de Ryan Murphy (1965), “Comer, Rezar, Amar” (2010), que “debes dejar de mirar el mundo con la mente,
tienes que mirarlo con el corazón, así llegarás a conocer a Dios”. A
lo mejor la vida es más simple de lo que imaginamos, más sencilla de lo que
nuestros complejos y perversos sistemas de productividad, educación, eficiencia
y competitividad han inventado. A lo mejor se trata sólo de contemplar las
maravillas de las que estamos rodeados y sólo de eso; de apreciar “tante belle cose”, de sentarse a leer
toda una tarde, de dejar que el tiempo te arrope y el destino te divise, sin la
prisa del que todo lo quiere controlar. Quizás se trate de la “Dolce Far Niente”.
¡Que belleza!. me transportaste con tu poesía y sensibilidad a cada espacio, cada instante en que la vida me permitió conocer esos mismos tesoros que describes. Me encantó. Gracias por compartirlo conmigo. Te abrazo. Recibe mi admiración y mis mejores sentimientos. Que sigas en tu dulce vida!! yo haré lo propio. Nelssy Bonilla.
ResponderEliminarQué bueno, Nelssy que lo hayas degustado y que te haya traido de vuelta tus propios recuerdos. Te invito a leer los demás posts.
EliminarPrimo, que relato tan interesante , aprende uno de arte, te felicito, tienes una memoria fantástica y te ves muy bien de pelo largo , un abrazo y cuídate mucho. Gloria Hurtado.
ResponderEliminarGracias a ti, Glorita por leerlo y valorarlo.
EliminarLuisfer bastante inspirador .
ResponderEliminarMe quedo parafraseando la idea de que dejemos de preguntar si es posible trabajar bajo presión y preguntar más bien, si es posible trabajar bajo pasión.
Para lo que como con el trabajo y la vida debería ser un rotundo sí.
Un abrazo.
ws: https://bit.ly/2jSqRyf
Así es mi querido Orlando, todo en la vida se cifra en términos de pasión, es la fuerza que mueve el mundo y por ella se cruzan océanos. Un abrazo hermano.
EliminarCaríssimo amico
ResponderEliminarSono estata molto piaciuta....La Italia è veramente bella...si bisogna lungo tempo per gioire dell'Arte, istoria...cultura...catolicità e raggiúge l'umanità....
Luicito yo estuve en el año de la jornada mundial de la juventud....justo regresaba después de 4 años a Colombia y concretamente a Pradera... tú eras un jovencito muy simpático....así te ha rendido la vida....hiciste cosas maravillosas...
Bueno mil cosas me hace decir ..... pero sólo te digo, gracias por hacerme revivir ésta enrriquecedora experiencia...Hta. Dolly
Besitos y arrivederci...
Mi querida hta. Dolly. Recordar es vivir, cuando nos surtimos de los buenos recuerdos, recargamos el alma. Graciaa por ser fiel lectora.
EliminarLuis te ves muy bien, aun que yo no vive esa época, pero es de todo mi interés. Y me sirve, para hablar de ello en clase... Muchas gracias
ResponderEliminarAmigo-a, viajar es la mejor universidad y enriquecen enormemente la enseñanza. Un abrazo. Me gustaría saber quién eres. No puedo verlo aquí.
EliminarQué escrito tan fantástco.
ResponderEliminarCon cada sitio descrito uno siente que el cuerpo se transporta y vive o revive cada encantador momento.
Muchas gracias por compartirlos y sí, lo disfruté muchísimo.
Como todos sus escritos...es que uno siente que está viviendo ese momento, que está bebiendo el café o una taza de chocolate que tanta provocación me ha causado mmmmhhhhhhh. Yolanda Estupiñan
Mi querida prima, qué bello mensaje, lo atesoraré con cuidado.
EliminarGuau!!! Qué maravilla tu estilo Luis Fernando, cómo me alegra el corazón leerte, tus palabras me transmiten tanto de tus vivencias y tu hermosa forma de ver la vida; le doy gracias a Dios y a la vida que permitió que pudieramos conocernos y te doy gracias a ti por compartir conmigo tus escritos y vivencias. Le pido a Dios y confío en él que podremos disfrutar por larguísimos años de tu presencia en nuestras vidas. Un abrazo, Dios te bendiga siempre.
ResponderEliminarMi querida Ernestina, tus palabras me conmueven y no puedo menos que agradecerte por tanta generosidad, ésa es la idea cuando se escribe, mover el corazón, inspirar, invitar a vivir experiencias de vida, sigamos viviendo y compartiendo. Un abrazo.
EliminarHola Fer, me encantó tu escrito! "Lo dulce de hacer nada" difícil de entender por aquel que todo lo quiere controlar, el arte de contemplar la vida. Sacar tiempo solo para apreciar la vida.. Hermoso!!! Muchas gracias por compartirme tu experiencia y aguardo con ganas por la siguiente. Un abrazo!! Cristina Mazo.
ResponderEliminarHola Cris, gracias por leerme y rico que te haya gustado, se trata de la vida simple y sólo de eso.
EliminarUn abrazo.
Que lindo es recordar fer,te veías muy guapo con tus crespo..
ResponderEliminarAmigo/a, recordar es vivir, por eso hay que cultivar bellos recuerdos, para multiplicar la vida. Un abrazo.
EliminarLuisfer, me encanta como escribes!! gracias por compartir tus vivencias. Y es muy cierto lo que dices, la vida es un ratico, hay que disfrutar cada día como si fuera el último. Seguiré disfrutando tus escritos!!. Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Iris, me encanta que disfrutes de esta narración de vivencias, qué bueno que encuentren eco en ti. Un abrazo.
EliminarGracias, Luisfer. Gran relato. Viajé contigo. Un abrazo. Feliz comienzo de semana. Patricia Carnevali.
ResponderEliminarGracias a tí, Patty, por ser tan fiel lectora. Un abrazo.
EliminarBellisimo relato y muy halagada que lo compartas conmigo. Un hermoso recorrido por sitios tan hermosos y de una historia fascinante. Un gran abrazo sobrino querido y que Dios te llene de bendiciones. Besitos !! Tía Queta
ResponderEliminarRecordar es vivir, tía Queta y qué mejor que ése pedacito más de vida sea compartido con nuestros seres queridos. Un abrazo.
EliminarHola Fercho fascinado con tu escritura es la vida para disfrutar cada instante un abrazo de su hemano Jhon
ResponderEliminarHermanito, así es, hay que disfrutar hasta de lo más pequeño. No hay que esperar grandes cosas ni grandes inversiones ni grandes acontecimientos para disfrutar de la vida. Un abrazo.
EliminarUyyy que delicia, ahora ultimo he sabido que es de la Dulce vida a lo dulce de no hacer nada!, porque se nos van pasando los años y después de 6 años trabajando de domingo a domingo, reflexionabamos con mi esposo este 7 de agosto compartiendo en familia en el parque Jaime Duque en Cajica, como no habiamos ido antes y yo le decia, que no era por falta de plata sino por falta de tiempo, porque habiamos dedicado tanto tiempo al trabajo, olvidándonos de que a la par hay que disfrutar la vida, pero como tu dices, tambien hay que poner los pies sobre la tierra y trabajar para poder tener dinero para disfrutar, lo importante es poder encontrar ese equilibrio, que retumba en mi cabeza, ahora que voy a seguir haciendo de tal forma que no caiga otra vez en una actividad de solo trabajo, bueno eso el tiempo lo dira, pero no podemos esperar mucho, todos los dias pido sabiduría, que Dios permita que elijamos la mejor opción.
ResponderEliminarY felicitaciones como siempre por tu escrito y compartir tus experiencias y conocimiento! Un abrazo, Deisy p.
Qué bueno Deisy que hayas descubierto la dolce vita y la dolce far niente y que las puedas vivir sin grandes pretensiones. De eso se trata también la vida, ánimo en tu búsqueda por una vida más equilibrada y por un trabajo que nos permita disfrutarla. Un abrazo.
EliminarAmigo mío, que belleza, lo leí tres veces, gracias, por permitirme viajar a Roma a través de si narración. Es una delicia leer sus narraciones. Un abracito.se cuida.
ResponderEliminarMi querida Aracelly, qué bueno que disfrutaste de esta lectura. Valoro tu aprecio por mis narraciones. Un abrazo.
EliminarMe encantó la historia y sobre todo tu look..que tiempos aquellos..Yo vivo mi dolce vita cada dia ..gracias a Dios..un abrazo amigo que bueno saber de nuevo de tí
ResponderEliminarCarmencita querida, qué bueno volver a tenerte ppr estos lados, qué buenonque te haya gustado el post. Un abrazo.
EliminarUsted escribe muy bueno. Como un escritor ya consolidado y es que tiene una característica muy personal. No es-de los-que describe un lugar y punto. Usted le añade su apreciación personal, la-anécdota, la experiencia y su alegría.
ResponderEliminarDe nuevo lo felicito y muy buena noche le deseo.
Un abrazo. Tiene mucha-madera�� Luz Stella Muñoz.
Sra. Luz Stella, que honor me hace con sus palabras, mil y mi
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